Palco Premier

Algodoneros de Guasave a emular a los Tomateros de la serie final de la 2020-2021

= Abajo 1-3 en la serie, remontaron para ganar el titulo
= Algodoneros, en la misma situación de aquellos guindas
= Los regresos, cosa común en la historia de la LMP.
= Excelente papel de Manny Barreda y Sebastián Elizalde

Hace tres años, Tomateros de Culiacán vivió una situación similar a la que experimentan hoy los Algodoneros de Guasave. Serie final. Temporada 63 de la Liga Mexicana del Pacífico.
En efecto, al llegar al quinto partido de la finalísima contra Naranjeros de Hermosillo, los guindas estaban abajo 1-3 y los Naranjeros ya se sentían campeones a juzgar por su actitud en ese quinto desafío, aquí en el estadio Tomateros. Los hermanos Mazón ya helaban champagne, sidra y cerveza en la casa club del equipo de la capital de Sonora, al tiempo que hacían cuentas en torno a las primas que les corresponderían a sus peloteros tras su inminente coronación.
Fue ese un juego vibrante, de los mejores de la edición 2020-2021 del circuito invernal y Tomateros lo ganó en el noveno capítulo, tras haberlo empatado sensacionalmente en el octavo. Sebastián Elizalde fue, por cierto, uno de los héroes del partido.
Así, la serie se colocó 2-3 y regresó a Hermosillo, donde se jugó sin gente en las tribunas, por disposiciones de la gobernadora de Sonora, la Güera Claudia Pavlocih, en su lucha contra el Covid-19. El impedimento para asistir al estadio “Sonora”, sin embargo, no mermaba el sentimiento triunfalista de los seguidores de Naranjeros, cuya basta cosecha de campeonatos estaba detenida desde 2014. Acariciaban la corona.
Pero Culiacán sacó angustiosa victoria en el sexto encuentro y así la confrontación se extendió a un séptimo, en el que Tomateros triunfó para adjudicarse el décimo tercer título de su historia. Jesse Castillo, refuerzo tomado de Algodoneros de Guasave, decidió con largo jonrón en la novena entrada, para tenderle la alfombra roja al cerrador Alberto Baldonado, quien llegó al centro del diamante más dominante que nunca para sellar la sepultura de los Naranjeros y para enviar los vinos de regreso a la cava de los Mazón.
Muchos años atrás, en 1985, Tomateros de Culiacán viajó a Mexicali en desventaja de 2-3 en la serie titular, contra los Aguilas, que dirigía el Yaqui Ríos. Paquín Estrada era el manager de Tomateros y todavía se fajaba en la receptoría.
Era, Mexicali, un club poderoso, impresionante que igual ya sentía la corona en su poder.
En esos dos juegos restantes, sin embargo, Nelson Barrera se sacudió el frío a batazos por todos lados y un muchacho de nombre Luis Trinidad Castillo -flor de un día a la postre – lanzó el mejor juego de su vida para apuntarse una victoria definitiva, que llenó de dolor a la entusiasta afición de aquella ciudad de la frontera con Estados Unidos. Fue tan grande la frustración que los aficionados por poco linchan a Lucho el Aguilucho, mientras destruían una parte del Nido de las Aguilas.
Nunca tan vigente, como en ese par de ocasiones, la célebre frase del inmortal manager de los Yanquis de Nueva York, Yogui Berra.
-Este juego se acaba hasta que se acaba.
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Y bueno.
Recordar estos episodios de la riquísima historia de la Liga Mexicana del Pacífico, debe servir como una esperanza para la gran afición de Guasave y como un llamado de alerta para los no menos entusiastas seguidores de los Cañeros de los Mochis porque todavía, en efecto, no hay nada que festejar. Están cerca los Cañeros; pero lejos al mismo tiempo. Ambas aficiones están verdaderamente ávidas de gloria: Mochis ganó su último campeonato en 2003; Guasave, su único, en 1972.
El hubiera, cierto, no existe en ninguna arista de la vida; pero Algodoneros de Guasave debió haber sacado una victoria del ex estadio “Emilio Ibarra Almada” y realmente estuvo cerca de ello; pero no lo logró a final de cuentas, tras fallar aparatosamente el cerrador de lujo del manager de los Algodoneros. Y de ahí lo complicado de su situación actual.
De lo sucedido en Guasave hay un saldo en la serie: 2-3 en favor de los Cañeros.
Y los Cañeros, a final de cuentas, regresan a su ciudad con el propósito cumplido. Aspiraban a una victoria, por lo menos, para volver con ventaja en la confrontación y así sucedió, en efecto.
Esto, sin embargo, no quiere decir que no exista presión en contra del equipo verde. Si la hay. Todos ahí -de Joaquín Vega para abajo- saben que si la serie se empata la tarde de este sábado, el factor psicológico sufrirá un giro radical en favor de los Algodoneros.
De lo que no hay duda es que nos espera un gran juego y ojalá sean dos. El temible bateo de los Cañeros -Tito Valenzuela, Roberto Amador, Juan Bernabé Uriarte, Isaac Rodríguez, Justin Dean, Yasmani Thomas y Wagner Lagrange, entre otros – frente a la tremenda línea de serpentineros de Guasave y su también muy respetable ofensiva, liderada por Jessie Castillo (Mister Play off), Alejandro Ortiz, Julián Ornelas, Sebastián Elizalde, Juan Carlos Gamboa y el Pony Quiroz, por citar solo unos cuantos.
Espectáculo asegurado. No por nada los boletos para el sexto juego de la gran final ya están agotados.
Por allá nos vemos.
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A manera de colofón.
Buenos los reportes de los dos Tomateros de Culiacán en la gran final: Manny Barreda con los Cañeros de los Mochis; Sebastián Elizalde, con los Algodoneros de Guasave.
Manny lanzó un gran juego la noche del jueves pasado; pero tampoco pudo lograr la victoria. Barreda salió después de seis entradas y dos tercios, con el marcador empatado a 1 carrera. A Duarte le hicieron la que marcó la diferencia a final de cuentas. La calidad del Manny sigue presente.
Elizalde, por su parte, es el segundo mejor bateador de los Algodoneros, con .333, par de cuadrangulares y 7 carreras producidas, incluidas la semifinal y la gran final. Solo lo supera Arturo Rodríguez, con .375.
Uno de los dos se bañara de champagne ya sea el sábado o el domingo. Manny o Elizalde.
Suerte.
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